Nuevos
incentivos al ahorro personal - más allá de los llamados de fin de año a
aprovechar el beneficio tributario del APV - comienzan a probarse. Gracias al
progreso en economía del comportamiento y como en un laboratorio, se puede
observar la reacción a diversos estímulos y medirla en referencia a un grupo de
control.
Cierto es
que los premios puramente monetarios dan
resultado. Ejemplos en Chile: los subsidios a la vivienda social atados a
cumplimientos de ahorro previo y el incentivo tributario de 15 por ciento al
ahorro previsional voluntario. Solo en las AFP se han abierto 104.000 cuentas
nuevas de APV en los últimos doce meses. Lo mismo en los fondos mutuos. Banco
Estado tiene ya 90.000 ahorrantes de ingreso medio acogidos al régimen A, fuera
de los casi 5 millones de personas en ahorro para la vivienda y los cerca de 13
millones en cuentas de ahorro tradicional.
¿Qué más
ofrecer aparte de los incentivos tributarios para ayudar a subir las tasas de
ahorro?
Primero,
reconocer que fomentarlo no es fácil. Ahorrar puede ser muy aburrido. Nuestras
conductas de ahorro incluyen capacidades limitadas de atención, miopía, sesgos
a ponderar más lo más reciente. También la inercia y la procrastinación.
Tres son las
herramientas de intervención que se están probando: la mensajería de texto persuasiva,
los pactos formales de transferencia automática y la entrega de kits que
persiguen formar hábitos en hogares de menores ingresos (magnetos, juegos,
etc.)
Los
resultados en países menos desarrollados dan cuenta de efectos positivos en
distinto grado para cada una de esas herramientas. Para Chile en cambio, la
evidencia preliminar - (Banerjee, Martínez y Puentes; 2017) - muestra que los
ahorrantes potenciales responden muy poco a los estímulos no monetarios. Solo
los contratos de abonos automáticos muestran algún modesto éxito. Peor aún, la
sola mensajería recordatoria parece contraproducente. Quizás porque en un
mercado donde está tan masificado el acceso al crédito de consumo, la
persuasión sicológica necesita mejores armas. Desde luego más entretenidas y
seductoras. Una de ellas es la aplicación sueca Qapital, que varios bancos
internacionales han dispuesto en los celulares de sus clientes. Estas
aplicaciones permiten asociar metas y conductas de ahorro a ciertos propósitos
como por ejemplo, resistir tentaciones, recibir refuerzo y compañía en el
proceso. Una versión local de aquella es la que provee la startup Ubank. No
todo es APV.
*El autor es Vicepresidente de Banco Estado.- Publicado en Diario Pulso.